Este blog rinde honor y alabanza al Dios de nuestra salvación a Jesucristo el Señor.

viernes, 16 de marzo de 2012

Jesús sigue sanando a los enfermos Porque nada es imposible para él.

Milagros impresionantes de sanidad divina en Africa.

La primera noche de la campaña, Wilfred, un niño de ocho años que su madre dijo había nacido ciego, pudo ver perfectamente. Cuando Wilfred subió a  la plataforma a compartir su testimonio, estiró sus manos para tomar un pañuelo blanco que Bonnke tenía. La madre del niño estaba emocionada y sorprendida.

Al día siguiente, mientras visitábamos a la familia de Wilfred, tanto su hermana como sus tías, tíos, abuela y su padre, confirmaron la increíble transformación del niño; de hecho, muchas personas que vivían en la misma calle salieron a ver lo que el Señor había hecho. Los vecinos me dijeron que usualmente el niño se caía por las escaleras, tropezaba con las paredes y se caía en el fuego que se usaba para cocinar. No lo podían dejar sólo… ni tan siquiera un momento. “Ahora”, dijo su madre mientras miraba a Wilfred por la ventana, “él corre por la calle, juega con los niños en la calle y puede ir a la escuela”.

El pequeño cuerpo de Wilfred estaba lleno de quemaduras, cicatrices y heridas ya  sanadas. Todas eran evidencia de su testimonio. Su amplia sonrisa y su mirada me indicaban que algo increíble le había ocurrido. Después de tres días, Wilfred era un niño totalmente ágil, y aunque las paredes de su casa aún mostraban las huellas de sus manos, Wilfred ya no tenía que tocarlas para llegar de un lado a otro de su casa. Ahora Wilfred ayudaba a su abuela a llevar los bolsos de compra a su casa… y no soltaba su pertenencia favorita: el pañuelo blanco de Reinhard Bonnke.  

Noche tras noche sucedía lo mismo… Otro niño de diez años, Wilson, quien a la edad de cuatro años había perdido su habilidad de oír y hablar cuando él y sus tres hermanos fueron azotados por una enfermedad misteriosa de la cual murieron sus hermanos, ahora podía hablar. “¡Fue brujería!”, dijo Linois, el padre de Wilson. “¡Toda nuestra familia estaba bajo una maldición, pero ahora la maldición está rota!” Sin duda alguna, Wilson, podía decir palabras fragmentadas y podía escuchar claramente. 

Tres días más tarde, visité a Wilson nuevamente y éste estaba hablando como cualquier otro niño. Algo le había sucedido y su radiante rostro lo reflejaba. La expresión: “Un Evangelio con Señales” describe lo que sucedió en Ikom. Todas las noches, después de que la Palabra era predicada, se oraba por los enfermos y una multitud de enfermedades y dolencias eran nombradas.

David, un hombre que hacía varios años había sufrido fracturas múltiples en su pierna izquierda. Como resultado, esa extremidad se torció y era seis pulgadas más corta que la otra. David aseguró que había recibido una poderosa e increíble sanidad la noche anterior. Según él, esa noche después de que Bonnke oró por los enfermos, él se fue a su casa y se levantó por al sentir un movimiento en su pierna izquierda. ¡Tanto David como su esposa pudieron escuchar los huesos de su pierna crujiendo y moviéndose!

Anteriormente a eso, David había tenido que caminar arrastrando la pierna, pero ahora, como lo confirmaron su familia y los habitantes de su aldea, él caminaba normalmente y perfectamente derecho. Su pierna aún tiene grandes cicatrices por el daño sufrido y su rodilla izquierda está más abajo que la derecha. Sin embargo, sus piernas aparentemente son del mismo tamaño y sus pies están perfectamente alineados.

fuente: Milagros Ikam Nigeria con Reinhard Bonnke.